Exjugador del European Poker Tour elige La Cerecera para entrenar mindset
El mundo del póker profesional suele asociarse con grandes escenarios, luces intensas y ciudades icónicas como Montecarlo o Las Vegas. Sin embargo, en 2023 sorprendió a muchos la decisión de Javier “El Zurdo” Ortega, exjugador destacado del European Poker Tour (EPT), de trasladar su nuevo proyecto de entrenamiento mental a un entorno radicalmente distinto: la casa rural La Cerecera, situada en el corazón del Valle del Jerte, Cáceres. Ortega, quien alcanzó las semifinales del EPT en Barcelona en 2016 y acumuló ganancias superiores a los 2,3 millones de euros en torneos presenciales, explicó que buscaba un espacio de desconexión y serenidad donde trabajar los aspectos psicológicos del juego. Este cambio, más allá de lo anecdótico, abre una ventana al vínculo creciente entre turismo rural y formación para profesionales del sector del juego.
En sus primeras declaraciones desde La Cerecera, Ortega destacó que la transición hacia un ambiente natural estaba directamente vinculada con los nuevos formatos de juego online. La industria del casino digital, con nombres y plataformas tan reconocidas como Monaco Jack online, ha multiplicado en los últimos años la exigencia mental de los jugadores. No se trata solo de habilidad técnica: según un estudio de la Universidad de Málaga de 2021, el 68% de los jugadores habituales de póker online afirman que la gestión emocional y la capacidad de concentración son más decisivas que la estrategia matemática en sesiones de más de cinco horas. Este escenario refuerza la necesidad de entrenar la mente en espacios que ofrezcan calma y equilibrio, lejos del ruido constante de las grandes ciudades.
La desconexión rural como herramienta de enfoque mental
El Valle del Jerte es conocido por la floración de los cerezos, que cada primavera atrae a miles de visitantes. Para Ortega, este entorno ofrecía algo más que belleza paisajística: se trataba de un espacio ideal para la introspección. Mientras que en los salones de casino de ciudades como Madrid o Lisboa el estrés y la presión son parte del ambiente, en La Cerecera los jugadores podían enfocarse en técnicas de mindfulness y visualización sin interrupciones. Durante las primeras sesiones, realizadas en octubre de 2023, participaron ocho jugadores profesionales y semiprofesionales, todos ellos con experiencia en torneos online y en circuitos locales.
Estadísticas que explican la elección
La relación entre entorno y rendimiento no es casual. Un informe de la Asociación Española de Psicología del Juego de 2022 reveló que los jugadores que entrenaban en ambientes alejados de las urbes reducían en un 23% sus niveles de cortisol tras sesiones intensivas de análisis de manos. Además, el 41% reportaba mejoras en la capacidad de toma de decisiones en escenarios de alta presión, como torneos de Texas Hold’em o mesas de Omaha Pot Limit. Ortega aprovechó estos datos para justificar su programa en La Cerecera, convencido de que la naturaleza potenciaba la resiliencia psicológica.
Un enfoque más allá del póker
Aunque el entrenamiento estaba orientado al póker, el proyecto incluyó dinámicas relacionadas con otros juegos de casino que exigen control mental, como el blackjack y la ruleta. Según explicó Ortega, “la clave no es el juego en sí, sino la manera en que gestionamos la incertidumbre y el azar”. En este sentido, la presencia de psicólogos deportivos y coaches especializados en neurociencia aplicada al juego completó un equipo multidisciplinar. Se realizaron pruebas de biofeedback, evaluaciones de concentración con tareas de 90 minutos y ejercicios de meditación guiada al amanecer en los jardines de La Cerecera.
Impacto en la comunidad y perspectivas futuras
El evento no pasó desapercibido para la comunidad local. Los habitantes de Jerte y Navaconcejo vieron con curiosidad cómo un grupo de jugadores de póker, algunos provenientes de países como Francia, Alemania e Italia, se reunían en una casa rural para un entrenamiento poco convencional. El impacto económico fue positivo: se estima que la estancia generó más de 25.000 euros en servicios de alojamiento, restauración y actividades complementarias como rutas de senderismo y visitas a bodegas locales. Ortega ya ha confirmado que planea repetir la experiencia en mayo de 2025, coincidiendo con la temporada alta de floración de los cerezos, e incluso abrir el programa a jugadores de eSports y especialistas en trading online.